Ganarnos el corazón de un Aries no nos resultará demasiado fácil en la mayoría de los casos, ya que es un signo que ha nacido para seducir, más que para ser seducido.
Las personas nacidas bajo este signo denotan constantemente una atención inusitada hacia su persona. Son personalidades que, aparentemente, rozan en el egoísmo y en el narcisismo. Son personalidades que ocultan en su interior un gran mundo espiritual y amoroso. Son especialistas en sembrar ilusiones y esperanzas en corazones ajenos pero que, en última instancia, les cuesta abrir el propio.
Si queremos seducir a un Aries, debemos conocer sus cualidades interiores, más que las exteriores, ya que es precisamente en este punto, en su interior, donde guarda lo mejor de sí mismo y donde presenta uno de sus pocos puntos débiles. Deberemos ser pacientes y ganarnos minuto a minuto el corazón de un Aries.
En cuestiones de seducción, podemos establecer un claro y representativo paralelismo entre el mito de Narciso y el corazón de un Aries. Tanto el uno como el otro, son seres que se fascinan ante su propia belleza, tanto exterior como interior, y que pueden llegar a proyectar dicha belleza al exterior, creando un incendiado sendero de fuego y deseo a su alrededor, sin embargo son personalidades poco dados a escarceos amorosos y relaciones superficiales.
Narciso, enamorado de sí mismo, se quedo prendado de su propia belleza, lo cual le hizo morir ahogado en un lago cuando sintió un deseo irrefrenable de besar su propia figura. De igual manera, podemos ganarnos el corazón y la voluntad de un Aries si éste ve reflejado su rostro y su belleza en nuestro rostro y nuestros actos. Nada más sencillo, y complicado a la vez, que dejarnos sentir por su proyección y seducir por su magia y el carisma de un Aries.
Cómo conquistar el corazón de un Aries
Como decíamos al comienzo, debemos ganarnos su razón a través de detalles, atenciones y continuas sorpresas; por otro lado deberemos alcanzar su corazón a través de su proyección en nosotros. Debe encontrar en nosotros aquello que él desea encontrar, sin renunciar a lo que somos y a cómo somos. Por definición, un Aries será incapaz de amar si no se ama primero. Debemos procurar, una vez nos hemos ganado su corazón, equilibrar nuestra energía con la suya. Debemos llegar a conocer a ese Aries, en esencia bondadoso y fiel, pero en apariencia selectivo y riguroso.
El Signo del Carnero es también, pese a su fidelidad, un signo ardoroso, de gran atracción sexual. Es un signo que puede llegar a robarnos, a través de su poder, de su energía y de sus dotes naturales, puede llegar a robarnos, decía la voluntad y hasta la razón, por ello, cuando anhelamos conquistar el corazón de un Aries debemos tener cuidado con el nuestro propio. Amar, sobre todo al comienzo, en demasía a un Aries puede implicar una verdadera tragedia en nuestra vida. A un Aries, se dice, se le debe comenzar amando con la cabeza primero para pasar al corazón solo con el tiempo y con los progresos de nuestro juego de seducción.
Una vez hemos logrado acceder a su corazón, seremos partícipes de un mundo interior fascinante y repleto de amor, entrega, pasión y hasta una insensata locura en ocasiones. Aquello que nosotros entreguemos a un Aries, nos será devuelto con creces. Esencial, repito, será no dejar de cultivar este naciente amor y esta intensa pasión, ello son las claves esenciales para que un Aries no sienta la tentación de caer en sus dotes de seductor, en la labor de seducirse a sí mismo, seduciendo a terceras personas.