No existe mayor decepción para una persona orgullosa y tan segura de sí misma y sus capacidades, como lo puede serlo un Aries, como admitir una equivocación y asumir sus consecuencias. Para un signo como el del Carnero, el verdadero dolor, más que de la propia situación, radica en el quebrando de su orgullo y la aceptación de una situación que no alcanza a controlar.
Los Aries son en esencia personalidades obstinadas y con cierta tendencia al narcisismo y a desarrollar un mundo y un entorno exterior a su propia medida. La aceptación de su fracaso, en este caso dentro del contexto sentimental, conlleva el derrumbe físico y emocional de uno de los signos del zodiaco más poderosos, con mayor proyección de energía e influencia y con mayor auto-confianza que existen en las doce casas solares.
Ante una ruptura o una decepción, un Aries convertirá toda su seguridad y su fortaleza en debilidad e inseguridad. En momentos como éstos nos podemos dar cuenta del intenso mundo interior de este tipo de personas. En realidad, su fortaleza es un escudo que le aísla del interior, su seguridad es una máscara que oculta determinados complejos y miedos interiores. El hechizo y la magia que puede y sabe desarrollar en su entorno caen en este punto, tras la ruptura, como puede llegar a caer una baraja de naipes.
Son personas que tienden, en un momento serio de crisis, a cierto aislamiento y ensimismamiento. A veces ocurre que es el propio tesón de este signo, la obstinación y la terquedad de éstos, más que el ánimo o la fortaleza mental, las cuestiones que pueden hacer que remonte de nuevo el ánimo y el apego por la vida y las relaciones sentimentales.
Cómo es una Ruptura amorosa para Aries
Es un signo, Aries, determinado por el fuego, por lo que también podemos encontrar ejemplos de ira y profundos enfados que tienden a pasar rápido y sin mayores problemas. La cuestión esencial, para un Aries, siempre radica en torno a su persona y su propia habilidad persuasiva, tanto en el amor como en distintas facetas del amor.
Son diversas las causas que pueden llevar a una ruptura, causas propias de nosotros o de nuestra pareja. En el caso de un Aries, suele ser muy frecuente que, cuando la pasión se apaga y el romance se diluye en gotas de rutina y cotidianidad, el hombre o la mujer Aries se tornarán nostálgicos de su gran capacidad de seducción y amor y, a la vez incapaces de continuar con dicha relación. Un Aries está, por propia naturaleza a cambiar de situación, al propio abandono de la relación si se cae en la monotonía. Se podría hablar, incluso, de una separación apresurada o un divorcio impulsivo.
La mujer Aries puede ser temperamental e impulsiva, cuestiones de carácter que le hacen perder capacidad de reflexión ante el problema de pareja. Dentro del mundo de los Aries, el tiempo no sirve para curar, sino que, por la propia naturaleza del signo, el tiempo viene a ser un detonante y un factor decisivo para un abandono del proyecto de pareja o laboral. No es cuestión de venganza, ni siquiera de olvido, ello se debe a la necesidad de amar de los Aries, pero sobre todo de ser amados y amarse en la figura de otra persona.
Pese a lo dicho, los Aries son, en esencia, personas fieles a sus parejas, por lo que, en ese sentido, sin sentimos que nuestra relación fluye, no debemos estar preocupados en exceso.
Como hemos visto, el signo del Carnero no es buen perdedor, ni siquiera se decide, en la mayoría de los casos, a luchar por aquello que pierde o está perdiendo, tampoco es un signo que se recree en el llanto o en el lamento, simplemente denota personalidades que, en principio, son tendentes a retraerse para, después de asimilado el hecho, volver, por puro impulso y deseo a ser esa persona soñadora y cautivadora con el entorno que le rodea.