Hasta el momento hemos hablado, con mayor o menor profundidad, del temperamento y algunas cuestiones generales que configura la casa de leo a los nacidos bajo su regencia.
En este sentido hemos hecho especial mención a la fortaleza psíquica y energética de los leo. Hemos hablado de algunos defectos y algunas virtudes, siempre enfocados desde el punto de vista del león.
Aún y con todo, sí. Es cierto. El león, dentro de su fortaleza, dentro de su seguridad, su vanidad y su temperamento también teme. Pero… ¿a qué puede temer una personalidad tan enérgica y segura de sí misma?
Lo cierto es que, ya lo hemos dicho, bajo esa personalidad de vanidad, orgullo y seguridad, se esconde una persona con sus dudas, sus miedos y sus temores que, en el caso de los leo tratan, por todo los medio de ocultarlos, ya que el temor, para un personaje leo, es un indicio de debilidad y de flaqueza.
Abordando el tema, podríamos decir que de entre todos los miedos, destaca uno por encima de todos, para un leo el rechazo, la marginación y la exclusión, son cuestiones que no puede soportar. Éste es quizá uno de los mayores temores de los leo, no importa el ámbito, el contexto en el que se produzca: en un plano familiar, laboral o con sus amistades; el miedo al rechazo y a la exclusión, quizá también miedo a la soledad, es una cuestión que provoca una verdadera obsesión en la cabeza de un leo.
En realidad, un leo teme, sobre todas las cosas, no poder ejercer su autoridad, o su influencia o incluso su carisma sobre el contexto en el que se desenvuelve. Relegar a un segundo plano a un leo es condenarle a la más terrible de todas las tragedias personales y aun cuestionamiento de su propia persona y del resto.
Los leo tienen verdadero pánico a la soledad, a un contexto donde no puedan ejercer su fascinante personalidad. Temen también a la inseguridad del desconocimiento, por ello son personas cultas que saben mandar y dirigir.
Miedos y fobias de Leo
Otra cuestión que produce verdadero pavor a un leo es aquello que no puede controlar y que conduce, inexorablemente a una pérdida de autoridad; bien sea en el contexto familiar o laboral.
Para los leo, la vida es concebida como una sucesión de retos a los que se debe enfrentar con sus propios recursos, con mala o buena fortuna. Un leo dispone de capacidades óptimas para superar todo tipo de retos, unas capacidades que para un leo pueden ser el talento, la inteligencia, el magnetismo, la belleza y su capacidad de liderazgo. Perder alguna de esas capacidades o no superar un reto o una prueba, es otra de las obsesiones de los leo. Es por ello que una persona de esta regencia tiende a cuidarse, tanto en lo físico como en lo psíquico y en lo intelectual.
Para los leo, por lo tanto, el miedo al fracaso, en cualquier contexto, es otra cuestión que les puede llegar a afectar. Un leo no es consciente de sus limitaciones, en muchas ocasiones. Quizá la clave para todo ello resida en la necesidad que tienen los leo de ser realistas y bastante menos obstinados y autoritarios.
Un leo, para evitar la mayoría de sus fantasmas y miedos debe reflexionar sobre su comportamiento y su actitud, para su entorno y consigo mismo. Es esencial, por lo tanto, la lección de vida que aporta la humildad en el caso de los leo.