Si algo hay que decir es que los leo son terriblemente pasionales y muy fogosos pero, a la vez todo aquello que se exigen a sí mismos lo reclaman de sus parejas.
En cuestiones de sexo, leo es un excelente amante. Con muy poco podemos despertar la verdadera fiera que late bajo su pecho y que, a buen seguro no defraudará. Los leo son personas que prefieren llevar la iniciativa y explorar nuevas posibilidades y sensaciones. Son personas, además, muy sensitivas e imaginativas, personas que nos pueden hacer estremecer con su intenso y apasionado arte de amar.
El romántico y embriagador Leo, un signo de fuego, es un amante seguro y ardiente, plagado de encantos personales y magnetismo físico, unas armas poderosas y letales en el arte del cortejo.
Son además personalidades que, al igual que en la vida, les gusta imponer su voluntad y dominar en todos los aspectos. Un leo que en el sexo se muestra pasivo y sometido no es un leo. La propia naturaleza de su signo es acción, dominio e intensidad.
Si nuestro deseo es seducir a un leo, debemos tener en cuenta que son personas pasionales, intensas y que, tanto en el amor como en la pareja, lo dan todo. Cuanto tienen de racional y de profundo, en temas relacionados con el sexo se torna auténtica pasión, locura y entrega.
Es esencial entender que, para un Leo el placer es una cuestión esencial en la vida. Son, en esencia, los instintos más primarios e intensos los que se despiertan cuando amamos y somos amados. El signo del león se convierte en un amante perfecto.
Muchos expertos en astrología piensan que el sexo, para este signo, es una oportunidad más de conquistar o poseer no solo un cuerpo, sino que también una capacidad de otorgar placer y de contemplar y poseer un alma y una voluntad. Nada más dramático para un leo que caer en la rutina. Son personas que adoran las sorpresas. Por otro lado, un auténtico leo no solo buscará su placer, sino que también estará abocado a buscar el de su pareja.
El sexo y el amor para los Leo
En lo referente al amor, los leo son personalidades temperamentales, sensitivas y muy intensas en la vivencia de sus experiencias, pese a todo también son tiernos y dulces, en su interior.
Si anhelamos la conquista de un corazón leo, debemos armarnos de paciencia y saber cómo llevar su agrio temperamento, en ocasiones. Por otro lado, casi seguro que será él (o ella) quien nos hechice a nosotros, debido a su poder persuasivo, a su inteligencia y su cultura.
Los leo son también excelentes padres. Tienen un sentido muy profundo y asentado de la familia. Personas que tienden a imponerse e imponer unas reglas, un método de convivencia y unas normas para todos. Son, además, personas muy apegadas al hogar. Su vinculación nace de su necesidad de sentirse querido y amado, pero de una forma distinta a como pueden admirarle en el trabajo o en reuniones de amigos. La persona leo busca en su hogar un reconocimiento como padre y como persona, no como persona recta y autoritaria, aunque esa es la impresión que puede dar en un principio.
Como se puede intuir, la personalidad de los leo queda muy bien definida y bien diferenciada entre un contexto social, relacional y laboral, donde tienden a proyectar su energía sobre los demás y, en un contexto familiar o amoroso, donde, si bien conservan el instinto del león, como amantes, también propician unas relaciones tiernas y cargadas de afectos y ternuras.